Adiós euforia, hola realidad

Y colorín colorado la euforia se ha acabado. Golpe vallecano y vuelta a la dura realidad del Valencia: la Champions es al 99% imposible y la Europa League (tanto el propio torneo como la clasificación para el año que viene) es el objetivo más alto al quese puede aspirar. Duele y mucho comprobar que por la pérdida de un partido se escapa una temporada a la que nunca nos merecimos engancharnos, a la que se perdió la fe desde el principio. 

Mathieu y Larrivey

El partido contra el Rayo fue malo, malo de verdad. Sólo los primeros 20 minutos merecieron la pena con alguna internada de Bernat y varios tiros peligrosos de Alcácer. Después el Valencia se desinfló progresivamente debido a la frustración que provoca no tener ideas, es decir, no tener a Parejo. Y lo pagó caro. Un gol de Larrivey en una buena jugada rayista reflejó en el marcador el resultado que merecía el partido: la derrota de la frustración. Al aficionado le dolió como si le hubiesen quitado 3 puntos, como si la nube en la que estaba flotando hubiese desaparecido repentinamente. Ya no hay ánimo para lograr la reconquista, la reconquista se ve (y es) imposible. Jugar con canteranos como Portu y Michel después del partido de ayer no es significado de equipo grande, de rotación modélica. Se apreció claramente que hay muchos jugadores con carencias evidentes para luchar por un objetivo de alta exigencia. Y eso se vuelve a pagar. También se vio necesaria la falta de un sustituto para Parejo. Ninguno de los centrocampistas fueron capaces de desatascar la ofensiva valencianista. Más bien al contrario. Nadie diría que el equipo de Vallecas es un gran equipo, sabían lo que se jugaban. Sabían que no ganar ayer hubiese significado hundirse en el pozo que lleva a segunda y por eso lucharon con sus armas para ganar. Y lo consiguieron.

Sin embargo, la dolorosa derrota ante el Rayo ha supuesto un nuevo horizonte mucho más plausible. El Valencia debe quemar naves respecto a sus objetivos y adaptarse a la situación actual, ya que aún quedan varias posibilidades para apañar una temporada que de momento está siendo mucho más negra que blanca. Gracias a la más que previsible final de Copa del Rey entre los dos "gigantes", el séptimo puesto da acceso a Europa, y esa plaza está a 3 puntos (2 contando con el golaverage ganado ante el Sevilla). También el equipo se encuentra en octavos de final de la Europa League y además jugando contra un equipo aparentemente flojo, el Ludogorets búlgaro. Es ahí donde el Valencia debe poner su punto de mira. Ahí están los objetivos reales, los objetivos que tiene en su mano.