Aficionado: paciencia y prudencia con la venta

Durante la última semana ya han sonado compradores de diversos lugares del mundo. Desde Rusia, llegando a Arabia Saudí hasta Estados Unidos. Diferentes "megarricos" llegados de la mano de personas cercanas a la alta clase social valenciana, y todos con ofertas mareantes a todos los niveles. Tan mareantes que se nos olvida una cosa: nadie da euros a pesetas. Sí, el Valencia tiene un gran patrimonio y sí, es un club de los grandes en Europa. Sin embargo, también tiene dos deudas gigantescas. Deudas que ni tú, ni yo, ni los dos juntos podríamos asumir en tres vidas.

Kingdom Holding Company, uno de
 los fondos posiblemente interesados.

Por eso deberíamos tener los pies en el suelo y pensar con seriedad. Estoy seguro que la situación irá a mejor, que por fin el nuevo estadio volverá a renaudar las obras que llevan paradas más de 5 años, que el yugo de los intereses creditícios desaparecerá y que a largo plazo, el equipo mejorará. En ésto último, yo no me arriesgaría tanto a corto plazo, me explico. En el presupuesto del Valencia sin entrar en ninguna competición europea, los ingresos netos son de algo más de 70 millones de euros, mientras que los gastos son de alrededor de 120 millones de euros. Entorno a los 40 millones de euros de diferencia. No digo que nadie pueda subsanar la diferencia. Quiero decir que son muchos (demasiados) los millones de euros que se tendrían que invertir para mejorar el equipo.

Recomiendo paciencia y prudencia al aficionado que espera con ansia la esperada venta. A éste se le hace la boca agua con todas las informaciones que se ofrecen en los medios de comunicación. Que si 600 millones de Bahréin, que sí 500 de un grupo de arquitectos, que si otros tantos de rusos...Y claro, los quiere a todos. Y todos no puede ser porque el 1 de abril sólo se escogerá a uno. Esto es lo que tiene que tener en cuenta el aficionado, sólo puede quedar uno. Para ello, vuelvo a la paciencia. Quedan 22 días y 5 horas para las 16:00 de la tarde del 1 de abril, y hasta entonces, nada ni nadie será vinculante (como las ofertas). Así que dejemos a los Rus,  Mariano Montes, Carboni y compañía con sus flamantes "superofertas" y centrémonos en hacer un buen mes de marzo deportivamente hablando, que esto sí es vinculante.